Quedan cuatro fechas para el final del Clausura y la realidad indica que el campeonato es cosa de tres: Lanús (31 puntos), Vélez (30) y Huracán (29), que ganaron sus partidos y prometen un desenlance emocionante hasta la última fecha. Colón con su empate con Racing quedó a seis unidades de la cima y Estudiantes y River, ambos con 23, necesitan un milagro para conseguir el título. Abajo, los que luchan por seguir en la máxima categoría,, también regalan emociones, pero el que no levanta cabeza es el Boca de Ischia, que volvió a dar pena.
Lanús ganó el clásico del Sur con lo justo. Un polémico gol de Velázquez le alcanzó al líder para seguir en lo más alto. Fue un triunfo que tuvo un sabor especial. Porque fue de visitante contra Banfield y los memoriosos lo asocian a la victoria del 2007, cuando el Granate también ganó allí y en la última jornada diio la vuelta olímpica. ¿Se repetirá la historia?.
El escolta Vélez recuperó su imagen ganadora ante un Boca herido. Los de Gareca no jugaron como en las primeras fechas pero justificaron el triunfo en la contundencia de sus delanteros y en la muñeca de su técnico. Inteligente, el Tigre, hizo los cambios justos que despertaron a los suyos. El uruguayo López volvió a convertir un gol clave y Cristaldo cerró el marcador. Los de Ischia deambularon por la cancha. Están a tres puntos del último, y está bien.
Mientras tanto, Huracán sigue haciendo lo suyo, que es jugar lindo, bonito. Hace un fútbol estético que ilumina los ojos. Pasó por Arroyito y de la mano de un Pastore desequilibrante sumó de a tres. Fue un 2-1 con angustia e innecesario. El Globo, que mereció ganar con más comodidad, se recibió de candidato y espera para dar su zarpazo.
Y una tarde, en el Monumental, los jugadores de River se fueron aplaudidos. Los de Gorosito vencieron 2-0 a un pálido Independiente y se quedó con un clásico devaluado. Consiguió, además, tres puntos vitales para el promedio de la temporada que viene. El Rojo no da pie con bola. Pudo ser goleado, pero se salvó porque su rival fue, justamente, River.
En la pelea por no descender, Gimnasia de Jujuy dio un nuevo manotazo de ahogado. Le ganó 1-0 a Arsenal y sigue esperando por un milagro. El otro Lobo, el de La Plata, obtuvo un triunfo clave ante San Martín en Tucumán y salió de la zona caliente. Ahora está en Promoción y aguarda por Racing. Junto a los de Madelón se encuentra Central, que el sábado visitará a Independiente.
La figura: Enzo Pérez, de Estudiantes. El mendocino se destapó en la noche del sábado con los tres goles de su equipo en el 3-2 sobre Argentinos. Abrió la cuenta con un tiro de media distancia. El segundo llegó por un toque sutil tras un centro de Salgueiro y cerró el marcador con un suave toque de derecha al tomar un rebote en el palo. El volante llega entonado al choque del jueves ante Defensor por los cuartos de final de la Copa Libertadores.
El golazo: Pastore le puso la frutilla a una jugada colectiva sensacional y marcó el segundo de Huracán ante Central. La acción nació sobre la derecha con Bolatti. Pasó por Araujo, Arano, César González, Toranzo y Defederico. Tuvo de todo. Ritmo, pausa, cambio de frente, generosidad y brillantez. Fueron siete toques de lujo. Pastore apenas la tocó a la red ante el desconcierto de la defensa local.
El arquero: Daniel Islas fue determinante en el triunfo de Tigre sobre Godoy Cruz. Mostró seguridad en el juego aéreo y tuvo dos tapadas notables ante Borghello. Además, impidió un gol en contra de Leyes y no dio rebote ante un par de remates de Caruso. Fue el principal responsable de la victoria del Matador.
Lo mejor: Huracán volvió a ganar y gustar. Mostró sus credenciales desde el minuto cero y, por momento, apabulló a Central con su juego prolijo y armonioso. Pastore hizo dos y dio varias asistencias. Casi no rifó la pelota y demostró que es un firme candidato al título. Ganó apenas por 2 a 1. Pudo haber goleado. Una lección de fútbol.
Lo peor: El presente de Boca. Ya sin la Copa Libertadores, y con el equipo muy abajo en el Clausura, los de Ischia no levantan cabeza. Al flojo momento futbolístico hay que sumarle el desconcierto general a nivel dirigencial. Todo es desprolijo, poco claro. En un tono acorde al de los jugadores que entran a la cancha.
El árbitro: Gustavo Bassi volvió a responder con acierto en un partido caliente como lo era San Martín y Gimnasia (LP). Siguió las acciones de cerca, amonestó lo justo y necesario. Manejó con experiencia y expulsó bien a Villavicencio por una fuerte infracción.
Lo curioso: Blooper inédito. En el primer tiempo del partido entre Arsenal y Gimnasia de Jujuy, Ferradas jugó con la camiseta número 21 y Fileppi con la 23. En el entretiempo, se equivocaron, y salieron con las casacas cambiadas. Casteglione, el capitán de Arsenal, le avisó al árbitro Pittana.
Te lo devoraste: Iván Borghello tuvo tres oportunidades claras para Godoy Cruz y falló en todas. En una le erró al arco desde inmejorable posición. En otra, con todo el arco de frente, le dio al palo. En la tercera, se enfrentó con Islas y le apuntó al arquero. Una noche olvidable para el delantero.
La frase: "Este partido lo empezamos a perder la semana pasada en Rosario", se quejó Julio César Falcioni, el técnico de Banfield tras la derrota ante Lanús en el clásico del Sur. Lo dijo por la maña expulsión que sufrió su delantero Silva en el choque con Newell's que le impidió estar ante el Granate.
Fuente:Diario Clarin
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