Pase, siéntese y disfrute. Vélez-Huracán jugarán la gran final del Clausura entre el equipo menos goleado del torneo (a los de Liniers les convirtieron 13 veces) y el más goleador (los de Parque de los Patricios gritaron en 35 ocasiones). Será el domingo 5 de julio porque el próximo fin de semana no habrá fútbol por las elecciones legislativas en el país. No puede haber desempate. El que gana será el campeón. Pero a Huracán le alcanza con un punto. Angel Cappa, fiel a sus convicciones, declaró: "Pensar el partido en función del empate sería traicionarnos. Tenemos que jugar a ganar, como siempre. Es saludable que el torneo lo definan dos equipos que defienden el buen juego. Vélez es un gran equipo que también busca atacar siempre".
Muy pocas veces dos equipos llegan a la última fecha enfrentándose entre sí para dirimir quién es el campeón. La última ocurrió en el Clausura 94, entre Independiente y Huracán. Y lo recuerda Ricardo Gareca, DT de Vélez: "Esa etapa me tocó vivirla como jugador. Era suplente en Independiente. Entré y convertí el cuarto gol. Ahora me toca afrontarla como entrenador y ojalá tenga el mismo final". Muy pocas veces se dio que un equipo pierda una final increíble como aquel Vélez en el Metropolitano 71 cuando armó la fiesta en el Amalfinati pero Huracán se lo dio vuelta. Y campeón se gritó impensadamente en Avellaneda porque Independiente le ganó 2-0 a Gimnasia LP. "Ojalá podamos brindarle a la gente de Vélez una revancha histórica por lo que pasó en esa oportunidad", pidió Gareca.
Ayer Vélez sacó de la pelea a Lanús. Y lo hizo poniendo en la cancha los tres atributos que lo distinguieron a lo largo del torneo: 1) Buen juego (en la primera media hora lo acorraló al equipo del Sur y merecía la ventaja). 2) Personalidad: Vélez es puro coraje. 11 contra 11 fue superior a su rival; 10 contra 11 se la bancó para llegar al empate y 10 contra 10 hasta pudo ganarlo. 3) La mano del técnico: acertó con el ingreso del Burrito Martínez que le abrió la puerta al empate.
Huracán retornó a las fuentes y dio otra lección de buen juego colectivo y fútbol ofensivo para aplastar al cuco Arsenal (que le dio un golpazo tremendo hace una semana a Lanús). Con un técnico de la vieja guardia que reivindica la nuestra. Y con la bandera de dos jóvenes atrevidos amamantados en el potrero, como Pastore y Defederico, y un tiempista como Bolatti, hoy el mejor 5 del país.
Queda una previa de 15 días donde el partido comenzará "a jugarse" fuera de su escenario natural: la cancha. Habrá declaraciones al por mayor. Rodrigo López ya empezó a calentarlo: "Quiero hacerle dos goles a Huracán para salir campeón y ser el goleador del torneo". Huracán llega sin lesionados ni suspendidos. A Vélez le falta Cubero en el "puesto maldito": jugando como volante por derecha se lesionó Nicolás Cabrera, Gareca probó a Ocampo e improvisó a Velázquez y Moralez. ¿Pedirá el artículo 225 por el chileno Waldo Ponce, lesionado en la rodilla derecha? Se discutirá sobre la designación del árbitro: ¿Baldassi estará en condiciones? Y también habrá "pelea" por las entradas: Vélez sólo le daría la platea Sur alta.
"Este campeonato no se nos puede escapar", firmó Seba Domínguez. "Nos falta un paso y lo queremos dar", sentenció Toranzo. La final ya se está jugando...
Fuente:Diario Clarin
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